Romance a mi padre

Hoy le dedico un romance
a un hombre que ya es leyenda,
que inventó el juego de palas
alla por los años treinta.
Orgullo de esta ciudad
de Velarde y de Pereda,
donde el “padre Apolinar”
sus calzones los perdiera
para tapar al buen “Muergo”
de su cuerpo las vergüenzas;
y que sigue recordando
a la hermosa “Sotileza”.
Este noble Santander,
que mirando atrás encuentra
los tiempos de Alfonso XIII;
cuando jugando en la arena,
muy cerca del club de tenis,
Mariano tuvo una idea,
que habría de ser el germen
de un deporte que es emblema
de nuestras preciosas playas,
y orgullo de nuestra tierra.
Llevando a cabo su sueño
inventó una pala nueva
que devolvía la bola
con precisión y firmeza.
La ilusión ya desbocada,
al usar la pala aquella
consiguió que la pelota
en vuelo se mantuviera,
sobre las olas de plata
y el rumor de las mareas.
Mariano con cuatro amigos
Iniciaron la Epopeya,
(los cinco de Ribalaygua),
deportistas de conciencia.
Hombres mirando al futuro
que en la hermosa Magdalena,
luchaban por sus afanes
¡cuerpo sano y mente abierta!.
Con este humilde romance,
un aprendiz de poeta
hoy le brinda su homenaje
¡a Mariano y su paleta!.

José Luis Ruiz
En Navajeda, a 18-8-2011


                                                 

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